Catriel Nievas es compositor, performer y docente nacido en el conurbano bonaerense. Su música radica en la repetición de melodías, acordes y sonoridades fantasmales que buscan el ritmo que generan en su interior y las huellas que dejan en la memoria y la escucha.

Colabora y realiza grabaciones con músicos de la escena local y de diversos países, tanto con guitarra eléctrica, como con grabaciones de campo, acciones performáticas, electrónica o composición de piezas ad hoc. Realiza performances que dialogan con el espacio y los sonidos que lo habitan.

Ha participado en conciertos, festivales y ciclos de música experimental en Argentina, Chile, México, Brasil, Perú, Suiza y Francia.

Se desempeña como docente de música en escuelas públicas y como docente de forma particular, generando acompañamientos específicos para las necesidades y búsquedas de sus alumnxs.

Algo que irrumpe
Música experimental del conurbano
“El conurbano es un gesto inmensamente experimental, todos los elementos urbanos que caracterizan la vida en la ciudad están dislocados y compiten de forma pacífica por sostener esa inestabilidad.”

Desde hace algunos años estoy involucrado con la música experimental. Al comienzo practicándola como un estilo musical, un género; pero luego entendiéndola también, no tanto como una exclusiva búsqueda tímbrica o instrumental ligada a un género o a un estilo, sino como una búsqueda relacionada al quehacer en sí, a ese famoso feedback vida-arte, arte-vida.

En qué momento empieza la experiencia experimental en una situación de concierto, en qué momento comienza la música; en qué momento comienzan lxs espectadores a accionar su sistema decodificador que les permite comprender determinada situación como un hecho musical (sonoro, o artístico); en qué momento comienza realmente un concierto o una acción performática en el contexto de lo experimental.

Está claro que el término “experimental” se ramifica y es divergente, acumula acciones que tienen que ver con la idea de lo inminente, eso que se acerca y que está a punto de desplegar un tejido de sentido sobre nuestra percepción y nuestra forma de pensar. Lo experimental es un punto variable que pareciera alejarse cada vez que estamos por atraparlo . Lo experimental está muchas veces asociado a lo extraño, en ocasiones asociado a aquellas prácticas a las que no se logra acceder mediante un relato anterior, es decir, que no se encuentra vinculado a un estilo que le de forma y contexto.

Ligado al arte contemporáneo y a las vanguardias de los años 40, 50 y 60, John Cage entiende la música no como una situación especial y única a la que se concurre en un concierto, sino como una situación cotidiana. Allí donde Cage reflexiona sobre la existencia del silencio con su obra 4.33, descubre que el silencio en un concierto simplemente hace emerger ese sonido marginal, de los bordes, indeseable, de una tos, un suspiro, un bostezo, un secreto, el chirrido de una silla, una puerta que se abre, un auto que pasa cerca de la ventana, alguien que se va, la reverberación de la sala; todo ese compendio de sonidos completamente omitidos en un concierto, en realidad son también música y pueden ser escuchados como tal. Entonces lo experimental deviene en esa situación contemplativa que hace que nos concentremos principalmente en el acontecer de los eventos sin esperar que sucederá a continuación. Lo experimental como algo que irrumpe.

El conurbano es un gesto inmensamente experimental, todos los elementos urbanos que caracterizan la vida en la ciudad están dislocados y compiten de forma pacífica por sostener esa inestabilidad. Las calles, las casas, los paisajes, los animales, las clases sociales, los interiores de las viviendas, la política, las instituciones, la venta ambulante, la fiesta, las amistades y las familias parecieran estar huyendo de las categorías fijas que caracterizan la idea de cómo se vive y debe vivir en la ciudad. Y es precisamente este “entre” que habita en las intersecciones de la vida urbana, la vida de los suburbios, el tercer mundo latinoamericano, la pobreza, la inestabilidad económica y el presente perpetuo que supone vivir sin proyección a futuro, lo que se convierte en un estado de contemplación y acción permanente. La percepción se ensancha, por ejemplo en ese momento donde se detiene el tiempo y sucede algo inesperado que agudiza nuestros sentidos y nos hace comprender que la belleza habita en los dibujos de brea negra que emparchan el asfalto.

Por otro lado, lo experimental muchas veces está ligado a la carencia, a la falta de significado, de historia, de coherencia o de lógica. Pero eso nunca es equivalente a la ausencia. Más bien, es una falta ligada a una necesidad imperiosa por completar con ideas propias. Los límites son estrictamente variables, y lo que hoy es experimental quizás mañana sea norma.

El paisaje del conurbano es un paisaje experimenta. Lo es por su irregularidad y por su extensión, pero también por su invisibilidad. El conurbano escapa a la hegemonía que propone la ciudad y se convierte así en un gesto experimental.

Catriel Nievas
https://catrielnievas.com

Este artículo acompaña la publicación del primer episodio de Reverberaciones, el show residente a cargo de Catriel que explora desde diferentes ángulo distintas escenas de lo experimental.